Más de 20.000 trabajadores del polígono industrial de Cádiz, en Andalucía (España), convocaron el pasado 16 de noviembre una huelga indefinida para exigir la renovación del convenio colectivo de trabajo, aumentos salariales, mejora de las condiciones laborales y la defensa del empleo, ante los planes de desmantelamiento de la industria en el proceso de reestructuración capitalista y el aumento de la inflación.
Las sacrosantas demandas sindicales de los obreros encontraron como respuesta la negativa de la patronal, apoyada por la brutal represión llevada a cabo por las fuerzas de policía nacional bajo las órdenes del gobierno «progresista» del PSOE-Podemos-PCE y, en particular, del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska del PSOE.
Desde el principio, el estado burgués español no escatimó recursos para intentar impedir y romper la huelga obrera. En los ataques hacia las manifestaciones y los piquetes de trabajadores en huelga se utilizaron balas de goma, gases lacrimógenos y medios militares de guerra, como los vehículos blindados BMR.
Los estados y los gobiernos burgueses de todo el mundo están intensificando el autoritarismo y la represión contra los trabajadores, restringiendo las libertades políticas y sindicales, el derecho de huelga y sindicalización, para imponer un silencio sepulcral en el lugar de trabajo ante el terrorismo patronal, con el objetivo de defender las ganancias de los capitalistas. También en Italia asistimos a un uso sistemático de la represión estatal y las persecuciones judiciales contra las luchas y huelgas de los trabajadores combativos. Ésta es una manifestación más del carácter reaccionario de la fase imperialista del capitalismo. En general, en toda Europa la clase obrera se enfrenta a la ofensiva de los grupos empresariales, de la UE y de los gobiernos que son expresión del poder patronal, los cuales, en nombre de la competitividad y la recuperación económica, trasladan los costes de la crisis capitalista a la clase obrera y al pueblo mediante implacables ataques a los derechos de los trabajadores, reducciones de salarios y pensiones, recortes en los servicios sociales esenciales, despidos masivos y el aumento del costo de la vida.
Una vez más el rostro real del Estado y la democracia burguesa se revela brutalmente como un instrumento de opresión de clases al servicio de los capitalistas, en esto apoyado por el papel de la nueva y vieja socialdemocracia y los oportunistas en el gobierno. Esto lo vemos también en México con Morena y ya lo hemos visto en Grecia con Syriza. Incluso en Italia tenemos suficiente experiencia de la participación de partidos oportunistas, autodenominados «comunistas», en los gobiernos de centro-izquierda y entendemos el carácter hipócrita y engañoso de las expresiones de «indignación» de fuerzas oportunistas como Podemos y PCE por la represión anti obrera del gobierno del que forman parte. Éstos son plenamente responsables de los actos del gobierno de Pedro Sánchez.
O con la clase trabajadora o con la clase capitalista. No hay término medio. Cualquier gestión capitalista siempre significará explotación y represión para la clase trabajadora.
Las luchas de los trabajadores del metal de Cádiz, de los metalúrgicos de la GKN de Campi Bisenzio en Italia, de los estibadores de la COSCO en Grecia y muchas otras, están unidas entre sí, son chispas que indican que la clase obrera unida, consciente y organizada tiene la fuerza para revertir la situación actual y tomar las riendas del futuro. También nos enseñan que la lucha sindical debe radicalizarse y orientarse en un sentido claramente anticapitalista, rompiendo las fronteras de la paz social, del asfixiante control de las burocracias sindicales, del colaboracionismo de clases de las fuerzas socialdemócratas y oportunistas, a través de la combatividad, unidad y protagonismo de los trabajadores en la lucha de clases. Solo la lucha concreta de la clase obrera es capaz de reunir en torno a ella la solidaridad y la movilización de las otras clases populares, abriendo el camino del contraataque, contra el capital, su estado y sus gobiernos. Los comunistas deben estar a la vanguardia de la lucha proletaria, para encaminarla hacia el derrocamiento del sistema de explotación capitalista, mientras que su participación en los gobiernos que la promueven — o incluso su apoyo indirecto — conduce en sentido contrario y favorece el fortalecimiento del enemigo de clase.
El Frente Comunista (Italia) acoge con gran satisfacción la lucha de los trabajadores de la Bahía de Cádiz la cual es un ejemplo para toda la clase obrera, tanto en España como a nivel internacional. Al expresar la máxima solidaridad internacionalista con los trabajadores de la Bahía de Cádiz, nos comprometemos a dar a conocer esta experiencia de lucha a la clase obrera italiana y unimos nuestra voz a la del Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE) en la denuncia y condena de la brutal represión anti obrera del gobierno PSOE-Podemos-PCE que lidera Pedro Sánchez.
¡No a la represión burguesa anti obrera!
¡Viva la huelga de los trabajadores del metal de Cádiz!
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Roma, 26 de noviembre de 2021
FRENTE COMUNISTA (ITALIA)
Buró Político del Comité Central